Cancún, Q. Roo, enero 8 de 2018.- En entrevista, Greg Sánchez comentó que las campañas electorales no deben ser vistas como una guerra, sino como una manera de informar a fondo a los ciudadanos, acerca de las propuestas de cada partido y cada candidato.
“Una campaña electoral es una batalla comunicacional. Una batalla con comienzo, desarrollo y fin. Y para trabajar en sintonía con el cerebro del votante debemos concebir toda la campaña como un verdadero relato”.
“La campaña electoral debe ser, pues, contar una buena historia. Un relato que sea como esas cajas chinas que encajan unas dentro de las otras. Un relato que en realidad integre 4 intereses:
1.- la historia de una sociedad.
2.- la historia de un gobierno.
3.- la historia de un partido
4.- la historia de un candidato.
Los votantes deben tener la oportunidad de conocer estas historias y no sólo leer todos los días los textos de desprestigio de un color a otro o lo malo que ha hecho cada partido, sino dejar ver lo bueno que ofrece cada uno y llegar más que al corazón de la ciudadanía, a la conciencia; para que con ello, comprendan que: el abstencionismo es igual de perjudicial que la venta del voto.
“Eso mucha gente no lo ha entendido y después, sólo se queja del mal gobierno que nos tocó y no, no nos tocó, dejamos que nos tocara, que es diferente”
Que la historia es larga y compleja, si, pues hay que convertirla en un relato simple y fácil de comprender.
Siempre hay un gobierno en la memoria reciente del electorado. Siempre. Porque siempre hay un gobierno saliente, un gobierno que finaliza su período y cuyas acciones están más frescas. Contar la historia de ese gobierno saliente es darle forma a la percepción pública sobre ese gobierno. Relatarla desde nuestro punto de vista, claro. Y tratar de convertir nuestro relato en el relato real, palpable.
La biografía del candidato, puede ser una formidable herramienta de persuasión electoral, pero hay que contar verdades.
¿Qué busca el votante en el candidato? Lo mueve la búsqueda inconsciente de un reflejo de sí mismo, que haya vivido injusticias como él; que haya sido víctima de la corrupción, como él; que padezca la falta de servicios, como él. El votante quiere verse a sí mismo en el político. Quiere a alguien como él, que lo represente y defienda como ciudadano.
“La gente vota personas de carne y hueso. Y humaniza en ellas sus ideas, sus proyectos, sus modelos”.
“La ciudadanía está cansada de mentiras, de falsas promesas, de inseguridad, de falta de servicios, de falta de humildad. Por eso, las campañas no deben ser una guerra, sino una exposición de motivos basados en lo que SI se puede cumplir”.- concluyó Sánchez Martínez